miércoles, 13 de mayo de 2015
Se entero que su perrita no viviría demasiado, así que aprovechó cada minuto con ella
La historia que sigue es de las que nos hacen recuperar un poquito de fe en la humanidad.
Pegasus fue una cachorra con una esperanza de vida mínima. Casi todos los hermanos murieron, o tuvieron deformidades. Un buen puñado de complicaciones ya desde su primer minuto de vida, hacían que nadie supiera cuánto iba a aguantar esta Dogo Alemán, pero sí se predijo desde entonces que acabaría ciega y sorda.
Bien, pues nada de eso le importó a Dave Meinert, quien no lo dudó ni un segundo y la adoptó cuando Pegasus contaba con solamente cuatro semanas de vida. “Hasta donde yo sabía, la perrita ya había nacido, y nadie ni nada iba a cambiar eso. Así que al rescatarla, por lo menos me aseguraba de que estuviera vigilada y cuidada, en lugar de abandonarla a su suerte como ocurre con la mayoría de cachorros que nacen con problemas de salud.”
Así que la acogió, y decidió aprovechar cada minuto con ella, grabando su día a día. Cinco meses estuvo la cámara en frente del precioso animal, quien tenía una cinta de correr para poder mantener su cuerpo ejercitado a pesar de sus discapacidades.
Durante este proceso, Dave contó con la ayuda de una amiga suya, Kieron Piper, especialista en adiestramiento. “Enseñarle a Pegasus a moverse en la cinta hubiera sido imposible sin su ayuda. Como director de anuncios para la televisión, estoy acostumbrado a los retos, pero este ha sido, sin duda, el más difícil al que jamás me haya enfrentado.”
Dave afirma que “todo el mundo me intentó quitar de la cabeza la idea de adoptarla, entre otras cosas porque de esta manera en el fondo no dejaba de ayudar a un criador ilegal.” Y es que Pegasus fue el resultado de la ignorancia: vino de una camada que dos particulares tuvieron al cruzar a lo bruto a sus dos mascotas de la raza (también conocida como Gran Danés), sin tener ni idea al respecto. Jamás debieron echar a sus mascotas.
He pasado mucho tiempo lidiando con sus problemas, pero lo que busco es encontrar la manera de rendir homenaje a todos los momentos felices, sanos, que aún le puedan quedar a Pegasus.”
Bien, pues a día de hoy, la perra sigue viva, disfrutando alegremente de la vida. Hasta ha hecho amistad con otro Gran Danés con quien duerme acurrucadita.
¿Y el resultado del vídeo? Aquí lo tenéis… y no tiene precio:
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